Que cada uno encienda su altar en este día de luto para la Tierra.
Que cada singular ciudadano encienda una vela y eleve una plegaria,
que vamos a rendir sentido Tributo al Pueblo Taromenani,
distante y casi exterminado.
Los árboles sembrados en los bellos jardines de la ciudad los sienten.
La simple gente de las paradas de buses con amor oran.
Los estudiantes de los colegios,
amas de casa, niños y profesionales
lloran su dolor de pájaro herido en pleno vigor de la selva.
En tu fortaleza íntima,
En tu breve presencia
- ángel –
en complicidad con políticos y gobiernos inescrupulosos
te fuman en cigarro mentolado
para su frescura
las caucheras
madereras
petroleras
farmacéuticas
mineras……
y demás bienes raíces de las carencias atroces.
Levantate,
para ti el Padre Sol brilla de nuevo
y en nuestras humildes casas de concreto
tus niños juegan con nuestro niños volviéndose eternos. |