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  ENRIQUE GALDOS RIVAS  
       
 
Categoría: Pintura
Cultura o país: Perú
Obras: Galería
 

Distinguido miembro de la “Generación del 50”, es contemporáneo del colombiano Botero, el ecuatoriano Guayasamín y otros grandes de la pintura latinoamericana, egresó con primeras figuras como Tilsa Tsuchiya y Alberto Quintanilla, llevándose el Primer Premio Medalla de Oro en la Especialidad de Pintura.

Galdos Rivas (Lima, 1933) ha recibido numerosas distinciones como la Mención Honrosa en la VII Bienal de Sao Paulo (1963), Premio II Bienal de Córdova (Argentina, 1964), Premio Municipalidad de Lima, 1960; Premio Nacional fomento a la Cultura Ignacio Merino (Lima, 1960); seleccionado por Perú – Premio Cristóbal Colón (Madrid, 1984) entre otros. Asimismo ha presentado su trabajo en alrededor de 100 muestras individuales e incontables colectivas en América, Europa y Asia.

Es considerado en la actualidad un maestro que cultiva el dualismo pictórico, es decir tanto la pintura figurativa como la no figurativa, hermanadas por un singular estilo vinculado a los motivos ancestrales peruanos y a un colorido y fuerza expresiva que lo han catalogado como “El Mago del Color”.

Estudios

1959                     Escuela Nacional de Bellas Artes, Primer Premio Medalla de Oro, Perú
1961                     Beca de la División de Cultura de Itamaratí, Brasil
1961                     Estudios de Grabado, Museo de Arte de Rio de Janeiro
1967                     Beca Egresados de Bellas Arte, Argentina
1967                     Taller de Grabado, Nueva York, USA

Premios y Distinciones

2010                     Tributo 50 años, Asociación Trascenderes, Sala de Arte Petroperú, Perú
2010                     Medalla al Mérito, Municipalidad de Jesús María, Perú
2003                     Homenaje a la trayectoria, Asociación Stella Maris, Perú
2003                     Artista ilustre, Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Perú
2000                     Asociación del Club de Leones, Perú
2000                     Municipalidad de Chorrillos, Perú
1995                     Profesor Emérito, Escuela Nacional Superior de Bellas Artes, Perú
1984                     Seleccionado Perú, Premio Cristóbal Colon, Madrid España
1971                     I Premio Sesquicentenario de Lima, Perú
1970                     Mención Honrosa, VI Salón Grabado Instituto Peruano Norteamericano
1968                     II Premio Bienestar Social y Arte, Perú
1967                     II Premio Egresados de Bellas Arte - Beca Argentina
1966                     I Premio Gulf & South Norteamericano Steamship Co., Perú
1964                     V Premio, II Bienal Norteamericano de Arte, Córdova, Argentina
1964                     I Premio Salón Municipal de San Isidro, Perú
1963                     Mención Honrosa, VII Bienal de VII Bienal de São Paulo, Brasil
1963                     Mención Honrosa, Salón Hebraica, Perú
1962                     Mención Honrosa, II Salón Pintura Instituto Peruano Norteamericano
1961                     Mención Honrosa, II Salón Pintura Instituto Peruano Norteamericano
1960                     Premio Municipalidad de Lima, Perú
1960                     Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ignacio Merino, Perú
1960                     II Premio “Feria de Octubre”, Perú
1959                     Primer Premio Pintura Medalla de Oro – Escuela Bellas Artes, Perú

COLORES Y FORMAS ANCESTRALES

Enrique Galdos Rivas vive pegado a lienzo y también a la madera, transmitiéndoles sus sueños y alegrías reinventando con fuertes colores, su textura, ensayando todo tipo de formas, desde las propiamente figurativas hasta las aparentemente abstractas y extremis. Pero no, siempre detrás de las altas creaciones pictóricas de Galdos está el alma de nuestras raíces, porque él siente que el alma ancestral de un ceramista nasquense o el espíritu de un antepasado paracas se trasmutan en su ser para convertirse en coloridas obras de arte.

“A partir del dibujo se puede hacer una buena pintura figurativa –sostiene Galdos Rivas- y luego se tomas un concepto de la pintura moderna y se puede ir en busca del colorido”.
La abstracción y el manejo de su propia gama de colores no le bastaron al artista y fue en busca del arte milenario peruano: la observación, el estudio de la cerámica, los tejidos, las piedras convertidas en monolitos.

“El color es como la vidas de uno; no puede despegarse sino con la muerte. Es parte de la forma de ser de uno: cantar, estar alegre, bromear como a mí me gusta, todo se refleja en mis colores fuertes. No obstante yo sigo siempre dibujando, no puedo dejar el dibujo y no soporto esa cerrada ortodoxia de la obra estandarizada”.

Vemos al fondo de su estudio el impresionante y bellísimo rostro de una dama con sombrero cuyos ojos nos siguen, con mirada sugerente por donde vamos, y esa boca suya quiere reír y cantar dulcemente, exhala una sensualidad sin par. Aquí los colores son más tenues, más suaves, como en los desnudos, tal los de esa chola tan provocativa. Una cinta magnetofónica empieza a circular música alrededor de las aves azules que surcan el cielo del lienzo para saltar hasta otro cuadro, difuminando sus formas. Es el proceso de abstracción.

Cuando Galdos Rivas enfrenta una tela siente como si fuera un examen que está rindiendo ante un maestro tan exigente como lo fuera con él Springett. Entonces juega, trata de calmarse y pinta lúdicamente si se le antoja canta y si ce que todo está resultando bien hasta se pone a baiar y zapatear sea un huayno andino o jazz americano.

Así también su pintura se ha internacionalizado, con exposiciones en Nueva York, Washington y Miami en Estados Unidos, en Nicaragua, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina y Chile, en nuestra América mestiza. En la madre España ha exhibido sus cuadros en Madrid, Sevilla y Valencia. En la bella Italia lo hizo en Roma, Florencia, Venecia, Milán y Turín, donde lo hicieran socio honorario de la Societa Promotrice delle Belle Arti. Galerías de París y Amsterdam también cobijaron sus obras. Algún acertado crítico lo calificó como “mago del color”. Lo cierto es que ninguna de sus composiciones se parece a la otra. Él así lo prefiere.

Observamos un hermoso rostro de poeta César Vallejo antes de dejar su estudio, mientras de la grabadora surge un tango cantado por él mismo y descubrimos por aquel rincón un retrato de Carlos Gardel a medio terminar, cuadro siempre esperando el último toque que no sabemos cuándo el maestro se atreverá a dar. Mientras tanto al salir del atelier nos bañan los intensos rojos, azules, amarillos y nos vamos gozosos con ese relumbre pegado a nuestras retinas, a nuestro corazón.

Lima, Mayo de 2001
Maynor Freyre, escritor y literato peruano
El arte de Galdos Rivas es de una calidad depurada, límpida, cargada de motivaciones y tensiones que enriquecen cada obra a través de valores rigurosamente plásticos.

Manuel Esteban Mejía, crítico y curador, Ecuador
Predomina en la obra de Galdos Rivas una imagen americanista que responde sin duda a una visión de la vida y el desarrollo de una idea de esta parte del mundo.

Hernán Rodriguez Castello, crítico y literato, Ecuador